El peligro de seguir tendencias sin una estrategia.

Recientemente, hemos visto una ola de videos donde dueños de negocios y empleados participan en dinámicas que pueden resultar contraproducentes. Ejemplos como preguntar a los empleados si prefieren trabajar o irse al desempleo, lanzar agua en situaciones incómodas o hacer bromas sobre la percepción de los clientes pueden parecer inofensivos o incluso graciosos, pero en realidad pueden proyectar una imagen negativa de la empresa.

El problema con este tipo de contenido es que, aunque genera interacción y comentarios en redes sociales, también puede afectar la percepción de la marca. La mayoría de los negocios dependen del servicio al cliente y, si los consumidores sienten que no se les valora o que el ambiente laboral no es el adecuado, podrían optar por no consumir en ese lugar. Un video mal enfocado puede hacer que una empresa parezca poco profesional, insensible o desconectada de las verdaderas necesidades de su audiencia.

En lugar de seguir tendencias sin estrategia, los negocios deben enfocarse en crear contenido alineado con su industria y mercado. Videos que resalten la calidad de sus productos o servicios, el compromiso con la satisfacción del cliente, la historia detrás de la marca o la experiencia del equipo de trabajo generan un impacto positivo y fortalecen la identidad del negocio en redes sociales.

El contenido digital debe trabajarse con inteligencia y planificación. Antes de sumarse a una tendencia, las empresas deben preguntarse: ¿Este video representa nuestros valores? ¿Cómo lo percibirán nuestros clientes? ¿Aporta algo positivo a nuestra marca? Si la respuesta no es clara, es mejor buscar alternativas que sí refuercen la imagen y credibilidad del negocio.

En conclusión, la viralidad no debe ser la meta si pone en riesgo la reputación de la marca. La autenticidad, la coherencia y el respeto por la audiencia son claves para crear contenido exitoso que no solo entretenga, sino que también construya una relación de confianza con los clientes.